26.2.10

Oblit

No recordo la meva infantesa. M´agrada imaginar que havia estat plàcida, amb el seu transcòrrer successiu de dies, dins una llar comfortable, amb uns companys de jocs i uns pares que es devien estimar, alguna vegada.
La primera imatge difosa que conserva la meva memòria, esquiva i aleatòria, és la d´una núvia a les portes d´una esglèsia sota una capa espessa de pluja.
El blanc es va enfangar tot regalimant decepció. Va significar el final de la meva festa i el començament de l´agonia en què es va desenvolupar el meu matrimoni, senyal evident que m´havia casat anticipadament amb l´home equivocat. M´asfixiava. Em sentia una dona a qui tothom desconeix i ningú no vol conèixer, amb una vida feta però no resolta, surant en una peixera de cartó.
La maternitat va arribar sense solució de continuitat, i em vaig trobar embolcallant un plançó de pell de préssec a qui podia intuir el meu rostre, que havia de cuidar quan encara no n´havia après i a qui havia d´estimar sense conèixer´l.
La via d´escapament es va obrir quan em va trobar un home de món. M´afalagava amb atencions i detalls. Impossible resistir. Vaig abandonar, tot.
D´una infantesa dins una vitrina emmirallada i d´un matrimoni en una capsa d´espart, seguint l´estela de la meva pròpia inconsciència , em vaig trasplantar a la ciutat més enlluernadora.
Una vegada cremada la passió tan sols varen quedar el fum i les cendres.
Es va apartar de mi, i vaig sofrir la penitència de viure el no res, amb la ment ferida, el cor glaçat, les mans buides, el gest amarg.
Vaig reunir la meva escassa energia per tal de recollir les restes del naufragi i aconseguir un bitllet de tren per tornar, pensant que era possible.
I ara em passo els dies vagarejant per aquesta estació. Un munt de mirades pressudes que voleien damunt meu m´intenten esquivar com s´evita un obstacle imprevist o una nosa incòmode.
Cap mà s´extén i s´ofereix. Només mirades dures, opaques, indiferents.
Quin adorable i torbador cant de sirenes va fer naufragar el meu vaixell?
Per què no vaig deixar engrunes de pa al terra per trobar el camí de la llar.
En escassos moments de lucidesa encara m´embriaga el seu alè i sento que torno als seus braços com qui torna a una casa aliena.
Ja no espero cap tren. Fora, plovisqueja.
Encara sort que dins aquesta urna cristal·lina on m´ubico conformada, no em mullo.

25.2.10

Esta no es mi Casandra.
Calanda es el pueblo de Buñuel. Es un pueblo en el que suenan mucho los tambores. Pero son solo tambores, el ritmo de la vida, música para escuchar, más bien para bailar.
Calandra ha enfermado, ha estado tendida en la cama soñando con su libro. Hasta ha dejado de escribir. Hoy se ha levantado temprano, y se ha dicho ha si misma que debe volver ha escribir. Se lo ha dicho mirándose al espejo, se lo ha ordenado el cerebro, ese que mueve los hilos oculto, y ella, esa cara que mira al espejo, ha hecho teatro para verse a sí misma la cara que hace cuando se enfada. Luego ha continuado mirando al espejo durante un largo pero corto período de tiempo. Cree haberse reconocido. Cree reconocerse en sus defectos. Los defectos fluyen, los defectos parecen rodearlo todo. Las arrugas se multiplican. No las acepta. Hasta ahora todo eran risas y cosas bonitas, pero ahora que ya se va conociendo más así misma, empieza a reconocerse en sus defectos, y no le gustan. Ya no puede sonreír y disfrutar de la belleza del encuentro consigo misma. Ya no deja las manías colgadas en la puerta y la inspiración huye. A veces la alcanza con la punta de los dedos. Es como un como despertar en el matrimonio después de un hermoso romance de diez años. Ahora le dan ganas de ocultarse, piensa en tapar su naturalidad con la vieja y artificial crema amarillenta que utilizaba para quitarse las espinillas de la época de la ausencia de madurez; y rasca su cara fresca con el algodón agrisado por el tiempo y la vergüenza. Mucha crema, crema escupida por un spray, que se come la capa de ozono, bofetadas de crema y algodón que hasta lesionan. Todo contra las arrugas. Pero las arrugas persisten y hasta se hacen hermosas, sonrojadas, admirables. Las arrugas, las cicatrices, el cabello caído, son la rebeldía contra la estética dominante. Pero Calandra sigue viéndolas feas, ha perdido la magia transformar los vientos en energía para volar. La obsesión ha disparado a la niña caprichosa de fácil rabieta y ojos oscurecidos.
Pero todo esto es plato frío de invierno, pronto estará aquí la primavera llamando a la puerta, y creo que Calandra la dejará entrar con todas sus flores y si caben hasta todas las hojas, con la variedad de sus formas y después vendrá el verano para pasear su desnudez y sus arrugas.

20.2.10

Les 20 paraules de febrer

20è Certamen de Microrelats: GAT

Ahora viene Gato, a cantar sereno con sabor, aunque no sea moreno. Ahora viene él, a cantar distinto, dejándonos de herencia su ritmo. (Ramon G.)

- Vigila! Se t'ha enfilat un gat sobre l'abric!
- Brètol! Això és el coll del meu abric de pell de guineu! (Sara)

El silencioso asesino estuvo agazapado hasta que apareció Pérez, la sonrisa del mellado niño se heló con el certero salto. (JuanMa)

Era un gat trist perquè tenia el pel blau, fins que va conèixer en Roberto i el va fer famós. (Rosa)

Un país raro tanto CAT. Católicos o catetos?... propaganda de Caterpillar? No se entienden, claro, hablan gatalán. Será Inuncat gato al agua? (Eduard) 3r

La roda punxada i el gat enlloc; finalment el trobo i quan aconsegueixo posar-lo sota el cotxe, m’esgarrapa el malparit!. (Teresa) 1r

Era un lindo gatito y lo adoptamos... hasta que se cagó en la caja... de las 3000 piezas del puzzle. (David)

La va enamorar dolçament.
Assassinant-la la nit de noces, gatunament.
A ell encara li queden set vides,
Ummm…!!! Quants casaments!!! (Concep)

Espegué un buen gato en la escalega, pego aquella gatita pgesumida gesultó teneg una alitosis hogogosa y dentaduga postisa además. (Ramon T.) 2n

MIAAAAAAAAAAuuuuuuu Et salves per ser un bebè. (Elvira)

Gateta disfressada de “zorra” va fer “miÍiÍíÍ…”, amb la boca petita.
El gat va dir… uau! “¡aquí hay gato –embutellau-!” (Manel)

Em llepo observant-los amb presses i malhumorats. Al vespre s’asseuen davant una capsa il·luminada. No és tan dolent ésser gat. (Núria)

4.2.10

Esto es un atraco

Este es un relato escrito en primavera de 2008 y revisado en otoño de este, nuestro año.

Señoras y señores, manos arriba esto es un atraco. Un atraco de colores. Pues me han convencido para que me subiera a un escenario a relatarles una historia, azul. Pero resulta que yo cuando me subo a un escenario me pongo colorao,
y ese color es todo de la Concep.
Porque hay que ver lo que le luce.

De vez en cuando la mente se me queda en blanco.
Ramón, esto no será plagio ,
porque lo de la mente en blanco
es solo de vez cuando.
Quizás la explicación a todo esto sea que yo en eso de interpretar estoy mas verde que un ecologista fumador, intentando reciclar los mecheros y las colillas en una “deixalleria”.
Vamos que me encuentro tan raro como una Rosa verde, aunque los verdes que pinta la Rosa son frescos y naturales
y yo no voy oscurecerlos con mis chocarrerías.
¡Que no son materiales reciclables! –me dijo la de la “deixalleria”.

Y a esa no le expliques historias de colores.

¿Y que haces después con los mecheros y las colillas?.

Pues tragarte un marrón, que si fuera el de la Monica no me habría importado tragármelo, porque ella consiguió hacernos disfrutar de un color olvidado.

Los mecheros y las colillas se fueron otra vez para casa. Y cuando dejaron de ser marrones pensé en tirarlos al primer contenedor que apareciera, pero no quise convertirme en un hombre tan gris como el del Sabina, perdón como el del Juan Manuel, porque el de Sabina solo llevaba el traje de color gris, y el del Juan Manuel lleva de color gris hasta los calzoncillos. O eran blancos. Otra vez el blanco
Es una persecución.
Espero que todo este relato entre nervios y colapsos no acabe mas negro que el requiem de Mozart o que el negro de Ramón. Aunque ese negro, es tan transparente, tan transparente que parece blanco,
joder con el blanco.
Ha sido una confusión,
pero es que yo no tengo la culpa que tanto el negro como el blanco
se llamen Ramón.

Y además el blanco es el padre de todos los colores y puede aparecer donde le de la gana. Y digo padre porque madre no, no, porque todos los colores son muy masculinos. Anda que si la representación se nos convierte en un espectáculo machista las lilas y las violetas se nos van rebelar. A no ser que todos los colores sean mariquitas David. Porque el rosa mas bien parece transvestido, o unisex, el rosa, la Rosa, una rosa. Trinitario no, seguro. Vamos lo digo yo. Y yo de rosas se mucho. Y de trinitarios creo que también.

Yo de rosa se algo porque donde yo trabajo fabricamos polvos de color rosa, de ese color rosa cariñoso de la Teresa, ella diría que es un color para repartir. Aunque los polvos de las minas son solo para las plantas, para las plantas que dan hermosos frutos, hermosos frutos como las dulces naranjas de la Sara, naranjas si, porque ella jamás nos pintaría calabazas, ni aunque el día se vista de gris porque el sol ha perdido su amarillo.
Alegría, que a los mineros, los han vestido de butaneros, Sara te has pasado.

Ha llegado la estación de los colores, esta vez con lluvias,
y al Sabina
no le han robado el mes Abril,
gracias de la Fina
que vino con sus flores
hermosas, divinas
vinieron las lilas.
Porque las violetas de la Elvira
ya llegaron antes con su sorpresa de finales de invierno.

Joder que me quedao amarillo relatando, ¡que mareo David!, anda, sácame una sonrisa de tu chistera, y lléname la cabeza de colores, porque hasta las estatuas de las Ramblas se han movido sin motores, sin monedas, sin espectadores.

Azul