28.2.09

EL SETRILL

El Ramon, va treure un sobre i ens va fer agafar una fotografia, vaig treure un setrill i després diu, heu de fer un escrit en primera persona, i va sortir això:

Qualsevol temps passat és millor. Aquesta afirmació no sempre és certa, tan mateix, un avi com jo només pot fer passar el temps recordant-se del ahir. Escolteu sis plau la meva història. Ja sé que teniu coses millors a fer, però que voleu, jo no en tinc de nets propis. Vaig néixer, si es pot dir així, fa un munt d’anys. Mon pare em va vendre per dos conills, tres dotzena d’ous i un pernil curat. Us ven asseguro que va ser un preu desorbitat. Però que he de dir, jo, era la nineta dels seus ulls. Recordo que va deixar anar una llàgrima quan se’n van emportar.

El Joan, va ser qui em va duu a casa seva. Volia un regal d’allò més maco per la Montserrat, la seva dona. Així que el dia del seu aniversari va entestar-se a fer el sopar. Unes torrades amb pernil. Quan la mestressa li va demanar l’oli per sucar la torrada, en comptes de la vella gerra de fang plena, em va treure a mi. El mateix Joan havia aixafat arbequines per omplir-me d’or líquid. Va ser el moment més emocionant de la meva existència. La Montserrat mai havia vist un setrill de vidre, tot i que n’havia sentit a parlar. Tan mateix, a les contrades, cap de les seves amistats, ni tan sols de les conegudes d’església, en tenia un com jo. Allò em convertia en poc menys que un tresor. L’endemà, la Montserrat es va dirigir cap el poble a comprar-me un plat d’argila. ¡Que en feia de goig!. Era un plat amb flors dibuixades amb molta cura. El Joan no es va enfadar, ven al contrari. Tot i que era una despesa supèrflua, la trobà ven encertada. Ell mateix va anar als boscos del est a agafar una mica de suro. Aquell mateix vespre em van engalanar amb un tap fet amb molta estima. Del mateix amor que se’n tenien la Montserrat i el Joan.

Sempre vaig conservar el mateix suro. Durant mols anys, cada vespre els acompanyava el sopar. Primer a tots dos sols. Desprès a la Maria, el Francesc i el Jordi, ses fills. En Joan va morir lluitant a la guerra del Francès, el seu cos va quedar al lloc. A partir de les hores, la Montserrat va vestir sempre de negre. Sempre callada, sempre malenconiosa. El Jordi va fer un petit cenotafi al darrere de la casa. A dintre van posar les pertinences més estimades del Joan. Entre elles la barretina de festa, la pipa i un ullal de porc senglar, que ell va matar quan era jove. El capellà del poble, al final d’un estira i arronsa, es va avenir a fer una missa de difunts a la casa. Es veu que no volia que fiquessin cap estri a dintre del taüt. Deia no sé que, de sacrilegi.

El cas, és que la Montserrat va tornar a somriure. Ningú sap, ni tan sols jo, si va ser per la missa o per la arribada dels primers nets. Fos com fos, va tornar a fer-se càrrec de la casa. Si més no, del que la seva jove la deixa fer. La Neus, era la muller del Francesc i era una dona dominant. Per la seva banda, la Montserrat la deixava fer. Era conscient que s’estimaven, i per ella, era el més important. Així que la ajudava a fer les feines de la casa, però sobre tot, feia d’àvia. Cada vespre sopava sola. Em reclamava i s’anava al darrera de la casa, de vegades per amanir un enciam, de vegades només per rajà oli a un bocí de pa. El Francesc, li va fer un cobert amb un petit foc a terra per que no agafés fred a l’hivern.

Era primavera. La Montserrat estava asseguda a sota del cobert. Va tombar-me al damunt de una llesca de pa torrat amb una forta olor d’all. Jo vaig deixar anar el fluid, com sempre. Va ficar-me al meu plat, el que em va comprar feia més de cinquanta anys. I es va quedar adormida, recolzada a la taula. Si més no, això creia. Al matí, el Francesc la va trobar. Tenia els ulls oberts. Em mirava. Una gota d’oli es va escapolir del galet. El Francesc ho va veure. És igual, ¿no creureu també vosaltres que un setrill és capaç de plorar?.

Ara el cenotafi, per fi, es una tomba. Jo faig companyia a la Montserrat. Em van ficar ple d’oli al costat d’un pa, que els cucs ràpidament van fer via. No penseu pas que es un lloc trist per acabar. Enteneu-me, ¿a qui no li agradaria terminar al costat de la persona que més l’ha estimat?.
Juan Manuel

24.2.09

La canción de María

-¡Que a gusto se está en el río!, pensó María, mirando sus pies desnudos dentro del agua.
El agua clara y fresca al correr entre los dedos de sus pies le producía unas cosquillitas que le llegaban hasta el lugar de la barriguita donde se esconde la risa. Y cuando las cosquillas llegan a este lugar, la risa ya no se puede aguantar y entonces sale a borbotones de forma que no se puede parar. Así que María se rió, mucho y muy fuerte, aprovechando que allí en el río nadie la mandaría callar como pasaba en la escuela, allí todo se tiene que hacer muy despacito y en silencio, y claro, reír despacio y en silencio le parecía muy difícil y aburrido.
Por estas y otras cosas a María, no le gustaba demasiado ir a la escuela, prefería irse al río, allí tenía a sus amigos los pájaros, las ranas y las ardillas que no se enfadaban con ella aun que riera, bailara y cantara muy alto, por eso algunos días cuando las demás niñas entraban en clase ella se quedaba rezagada, se escondía detrás de cualquier esquina hasta que la maestra cerraba la puerta, entonces ella echaba a correr por el sendero que había detrás de la escuela, corría entre los arbustos que la ocultaban de ser vista desde las ventanas de las casas del pueblo, llegaba hasta el río, allí se sentía libre y la esperaban sus amigos con los cuales se sentía muy feliz.
Por eso aquel día que como otros muchos, había sentido la llamada del río de una forma especial que no pudo resistir, se escabulló de la escuela y allí estaba tan a gusto, se quitó las sandalias, las tiró entre los juncos y se metió en el río.
Las risas de María alborotaron a todos los pájaros, que se encontraban plácidamente en sus nidos, empezaron a desperezarse y saludarla, ¡hola¡ ¡hola! le gritaban desde todas partes.
El ruiseñor que es el mejor amigo de María, a pesar de que la quiere mucho a veces la regaña, pero lo hace de una forma muy distinta a como lo hace la maestra, lo hace de una forma que no la molesta ni la asusta .
- ¡Oye María, tu deberías estar en la escuela! -le dice intentando mostrarse serio - ¡No me digas que hoy tampoco piensas ir! -. María baja la cabeza muy ocupada mirando el agua que corre entre los dedos de sus pies.
-¡María!, ¡eh!, ¡te estoy hablando!
-Hoy no voy a la escuela- responde María muy seria – porque lo que hoy dan ya me lo sé y además, quiero que me enseñes a cantar tu canción.
-¿Qué canción?-contesta el ruiseñor un poco enojado.
-La que cantas siempre, la más bonita, la misma que canta el aire cuando pasa entre las ramas de los sauces, la que canta el río cuando salta entre los riscos y las cañas, esa es la que quiero que me enseñes, y así poder cantar contigo cuando tu la cantes.
-Pero Maria -se queja el ruiseñor- debes ir a la escuela, no puedes faltar.
- Mañana voy, pero hoy, ¡por favor!. Quiero que me enseñes a cantar.
El ruiseñor como la quiere mucho, nada le puede negar. Sale de entre el ramaje, se posa en una rama muy cerca de ella y sus trinos empiezan a sonar.
María es muy lista y aprende deprisa y pronto su voz con la del ruiseñor suenan a la par, la voz de María se integra al sonido del agua, del aire, sin interrumpir ni desafinar. En la sinfonía de aquella mañana de primavera su voz es un acorde más
- Se hace tarde, María. Debes volver a casa. Si llegas tarde sabrán que no fuiste a la escuela- le dice un topo que sale de entre las cañas-
Maria corre por el sendero. Corre y canta. Cuando llega a su casa su hermano ya llegó antes.
- ¡¡Madre!!, María hoy no fue a la escuela, me lo dijo la maestra-dice el muchacho-Seguro que se fue al río como una zángana.
- ¿Es cierto lo que dice tu hermano?–replica la madre-¿porqué haces esas cosas hija?, las niñas deben ir a la escuela. Allí aprendes cosas buenas, en el río, al contrario, nada aprendes.
- Si madre, aprendo a cantar, escucha. Entonces María empieza a cantar la bonita canción que le a enseñado su amigo el ruiseñor, pero su madre está enfadada y su padre tampoco pone buena cara, la canción a pesar de su esfuerzo no suena como en el río, ella procura entonar, pero el rostro serio de su padre hace que su voz se quiebre y no logra que su canción suene melodiosa y dulce como en el río la hizo sonar.
Al día siguiente en la escuela, después de una buena regañina, la maestra está seria y ceñuda con ella. Y es que claro, ella no quiere saber nada de canciones, ni de ruiseñores. La niña quiso explicarle, pero ella no entiende, ella sólo entiende de números, de ortografía y de reglas.
- ¡Pobrecilla!- piensa María - me da pena, me la llevaría al río y seguro que entonces se daría cuenta de porqué algunas mañanas de primavera es mejor irse al río que quedarse encerrada en la escuela, si quisiera venir conmigo, seguro que luego estaría mucho mas risueña.
Cuando termina la escuela, como el día es mas largo, todavía queda luz para estar en la calle, y mientras las demás niñas juegan en la plaza, María corre al río y busca a su amigo:
- ¡Ruiseñor!¡ruiseñor!. Amigo, debo aprender mejor la canción, porqué cuando llego a casa no suena igual que aquí contigo.
Su amigo se posa en su hombro y empieza a sonar la melodía. Ya cae la tarde, el sol está bajo, la luz es ya parda, las aguas del río bajan tranquilas y mansas, la brisa es suave, todo está en calma.
El ruiseñor a cambiado un poco las notas de la canción, para que suene en acorde con el caer de la tarde. Ruiseñor y María, cantan, cantan y cantan con tesón. Ya oscurece y la niña corre por el sendero, pero no puede evitar llegar tarde a casa.
- ¡Que haremos con esta niña¡- dice la madre.
María calla, recuerda la melodía y, ¡desearía cantarla!, pero el ceño fruncido de su madre le dice que no sonaría bien aunque lo intentara, baja la cabeza y engulle la cena sin decir palabra.
Algún que otro novillo.Tardes de sábado, María va al río a cantar y junto con su amigo canta, canta y canta
Ya paso algún tiempo, ahora María ya se atreve a cantar en casa, su madre ya no frunce el ceño y su padre al escucharla pone buena cara y dice:
- ¡Pues no esta mal lo que esta niña canta!. Si la mandáramos que aprendiera tal vez….
Pasaron los años, la niña creció y siguió cantando. Ahora ya no va a cantar al río, ahora canta en grandes teatros, donde la gente paga mucho dinero por el privilegio de poder escucharla.
- ¡Que bien canta! Exclama la gente cuando embelesados van a escucharla. Su voz es como el murmullo de la fuente clara, suave como la brisa de la mañana, tal parece que hubiese sido un ruiseñor el que la enseñara.
María los escucha, se sonríe y calla.

16.2.09

Mosca vs Ambulancia (fábula)

Erase una vez,... una mosca perversa, taimada y muy molesta. Su pasatiempo favorito: molestar a inofensivos chóferes de coches, hasta el extremo de contentarse provocando accidentes automovilísticos. Se metía dentro de estos a través de las ventanas bajas, fastidiando a los conductores hasta hacerles perder los estribos.
La mosca se jactaba de esquivar los manotazos de éstos y de que nunca hubiesen podido hacerle daño. Gozaba entre sus congéneres, de una merecida reputación por ser la única de su especie que poseía un alto coeficiente intelectual y ser ella, sólo ella, la que al azar eligiera a sus víctimas, para demostrar que una mosca podía ser cruel y planificar inteligentemente y con mente fría, infortunios a los humanos, aún siendo ella tan minúscula e insignificante y según ellos, tan asquerosa.
Su táctica era siempre la misma, primero se lamía insistentemente las patas peludas, pues sabía que cuanta más saliva dejara acumulada en ellas, sus uñas y ventosas, más pegajosas se ponían. Luego, desde el tacho de basura en donde descansaba, se detenía en mirar pasar los automóviles por la avenida y elegía uno, eso sí, uno en que el conductor fuera solo, sin acompañante. Una vez elegido, salía volando raudamente, para introducirse dentro de esa máquina veloz, por cualquier rendija de sus ventanas y comenzar pacientemente, su tan estudiado ataque.
Se posaba primero en la frente del incauto conductor, le toreaba a sus manazas grandes y pesadas, para luego posarse en su boca. Ésta táctica además de ser molesta, les producía suficiente asco hasta el punto de sacarlos de quicio.
Toreaba un poco más y por último, la estocada final, pasar de un ojo al otro, danzando entre tanto parpadeo y manotazos. A veces le llevaba más tiempo de lo previsto, pero al fin conseguía su objetivo, que el conductor frenara de golpe el bólido que conducía, haciendo que otro bólido igual, que viniera detrás lo impactara, o simplemente, que se subiera a una acera y se incrustara contra un poste.
Después de esto, la mosca se regocijándose de su hazaña, se frotaba las patas dejando el lugar de los hechos, volando libremente... Hasta que un día, dejó su estrategia por una distracción.Ese día fatídico y nefasto, pensando la mosca ¿ qué sería eso, que los humanos llamaban destino?, absorta, escuchó en la lejanía, un ulular persistente.Era el sonido que emitía una ambulancia, que se acercaba por la avenida.
Algo confusa por el divague de sus pensamientos, confundió ese ulular característico de hechos fortuitos, con el sonido del apareamiento que producían las moscas hembras, incitando a los machos a copularlas y poder así, fecundar sus 750 huevos.
La mosca, no se detuvo a mirar con sus ojos compuestos y prominentes que todo lo veían, en que era una ambulancia lo que se acercaba, un bólido blanco con destellos rojos encima y del tamaño de un asteroide, para la tan diminuta y poca cosa que era la mosca.
Lo que ella escuchaba excitada, era el sonido del amor, había que darse prisa. Salió disparada como zaeta veloz hacia el lugar, en que provenía el sonido, pero una vez en medio de la avenida, fue tarde para darse cuenta de su error.
Quedó estampada en el parabrisa de la ambulancia, creyendo ingenuamente, que moría por amor.
Moraleja: “Todo trabajo peligroso, requiere un máximo de concentración, una mínima distracción puede causar la muerte.”
Mónica
Éste fué uno de los primeros trabajos prácticos que nos dió Ramón. Recuerdo que estabamos en la biblioteca y debiamos sacar dos papelitos que estaban en dos bolsitas. Cada papel tenía escrita una palabra y el trabajo consistía en unir esas dos palabras por medio de una preposición y narrar una historia que partiera de un hecho cotidiano pero que su desenlace fuese drámatico.
Aún me río de mi misma cuando leí las dos palabras, mosca y ambulancia, ¡vaya palabritas me tocarón!, fue un verdadero desafío y esto es lo que salió.
Hoy lo rescato del baúl de los recuerdos y lo comparto con todos vosotros.

12.2.09

Microrelats: Tot un repte!

Un cop al mes celebrem el nostre certamen literari particular. Es tracta d'escriure una història, però amb només 20 paraules! El premi del guanyador/a és escollir el tema del proper concurs.
Aquí us deixem el del mes de febrer .

CERTAMEN DE MICRORELATS: UNA CARTA

Hace horas que la espero. ¡Le habia comprado flores!. No vendrá...
- Camarero ¿puede traerme la carta por favor? Cenaré solo. (Teresa)

La carta, era com un camp blanc ple de flors negres, deia que el pare havia mort a la guerra. (Rosa)

N’aposto mil més i la demano girada. Suor freda. La tombo. Un sol instant separa la sort del desastre. (Eduard)

Pasó media vida mandando cartas en sobres de colores, para que eligieran la suya. Cuando gano el concurso, había muerto! (Concep)

Mirándome a los ojos me dijo: -Tira la carta.Tensión y silencio. ¡Mierda!, pareja de jotas. Era un farol. (Fina)

Es necessita tenir collons, llegir la primera carta l’any que em diuen que només m’augmenten el 2% de la jubilació. (Elvira) 2n

Estimats senyors:La present es per comunicar-los que ja estic fart del joc aquest perquè sempre guanya la mateixa persona, la TERESA!!!!!!!!!!!! (David)

Llegó presagiando lo peor. Era breve y su letra cursiva y legible expresaba, “volvé pronto, te necesito."... ya era tarde. (Mónica)

Una carta al descobert, ruptura de parella, sentència la pitonissa. Amb un esglai al cor, sol·licito que realitzi un encanteri. (Núria)

Dentro del sobre sólo encontró el rey de corazones roto en mil pedazos. Después de mucho tiempo suspiró aliviado. (Ramon T) 3r

Quiero escribiendo esta carta explicar
que unos amigos escritores aficionados
lograron pudiera hallar mundos abandonados
donde jamás amistad debía suplicar (Juan Manuel) 1r

Carta Astral:
Aramís: La posición de Saturno en Virgo, opuesta a Urano, presenta un negro futuro.
Espectador: Más negro es tu... So bruja! (Ramon GA)

Una mà s'acostà al centre de la taula i deixà anar un feix de fitxes:_Les veig. Vinga, dóna'm una bona carta. (Sara)

QUERIDA : MI ÚLTIMO BESO DE PAPEL, PROXIMOS SOSPECHO HÚMEDOS Y PROLONGAD%S.
"TU AMANTE BANDIDO"
P.D.: ¿Carta?- imposible- TELEGRAMA: 20 palabras (Manel)