28.3.09

Colors: Marró

MARRÓN

Marrón,… ¡no es sinónimo de vetustez!, es,…el “Mar León” como lo llamaron los españoles al pisar mi tierra, y ver un río tan ancho, que los ojos se les perdían en el horizonte sin que pudieran divisar el otro orillar.

El fuelle,… ¡bandoneón de mi Buenos Aires!,…el querido,…el nostálgico y melancólico,…el del tango que me abraza con sus acordes,…el del anhelo instalado en los rincones,… ese también es marrón.

¿Cómo olvidar la que fui y soy?,…marrón,…desarraigo que no me rozas porque porteña soy,…

Sangro con la bordona,… y el siseo narcotizánte de un violín que llora, me estremece el alma que siempre añora,…volver.

Acelerado devenir de años matando horas, asesinando meses, mientras un paredón marrón de montañas no me deja ver el sur,… “mí sur, lamento de mi corazón”,…

El “chau piba” colgó su “pilcha” para vestirme con el “chau boluda”,…el que me endulza las costuras de ésta extraña sensación, que convertida en distancia no tiene pasado ni historia.

Hija de inmigrantes inmigrante soy,…casta de lucha y tristeza entre arrullos de latitudes, océano de por medio.

Marrón,…el del otoño de mi vida, en ésta incertidumbre soñando un mañana sin manos vacías.

Marrón de otro cumpleaños más en soledad,…¡pero no!,…voces queridas cruzando el gran charco haciéndome sentir viva,… los hijos, el nieto, la familia y la sorpresa,…¡sorpresa convertida en realidad!,…una planta y un libro descansan sobre la mesa al llegar a casa después de un día de trabajo,…sorpresa de unas manos invisibles, las del amigo de verdad, el del alma, el que siempre está,…y me acunan los recuerdos de un pasado lleno de risas, en donde la soledad era impensable.

Como el tango sensiblero así soy,…sensible hasta la médula cubierta de entereza,…aún en éste confín marrón sin raíces.

Marrón,…veo un color más del espectro que encierra aromas de canela y chocolate humeante,…marrón sonido de un tango “Otoño porteño”, que acaricia la piel en la tibieza de un sol pálido,…marrón que empasta el paladar al fumar un “faso”,…el de las calles cubiertas de hojas secas que crujen bajo los pies apurados, escapándole al frío,… el de los biscochitos con grasa que acompañan el mate, en las tardecitas de mí Buenos Aires,…el de ese gran lodazal llamado Río de la Plata, que enfurecido arrasa todo a su paso, para transformarse luego en agua mansa,…

Fuelle y violín son marrones, como también lo es el corazón que entre nostalgias se arropa, y derrama lágrimas con el bandoneón de Piazzolla,… ¡marrón no es olvido!, es… permanencia y un color más lleno de matices en los claroscuros de un natural, que in crescendo se convierte en beige, ocre, castaño, hasta convertirse en un marrón oscuro.

La vida está llena de colores, desde los intensos y pasionales, hasta los desteñidos y pálidos que nos dan sosiego, ahuyentando por momentos, los fantasmas de penas clavadas como púas que sangran al recordar.

El marrón me persigue acentuando éste pensar de todo lo quedó atrás, del origen y principio de mi ser visceral, de ésta planta que soy, producto de una semilla derramada en tierra virgen, por unas manos inmigrantes que buscaban un futuro mejor.

Marrón,… el de añejas historias que regaron con llanto esa tierra marcando su dominio, y forjar lo que hoy soy.

Si un color me define en ésta languidez de ser y estar,… ese es el marrón.

Mónica